La protección medioambiental es uno de los objetivos prioritarios de BOALVET. Por ello, con motivo del #DíaMundialdelMedioAmbiente, os mostramos cómo nos guía esta premisa a través de las distintas áreas que conforman nuestro Proyecto, pues nuestra aspiración suprema es “Devolver la salud a la #Biosfera” enfocando la Constante R4: Regenerar – Restaurar – Revitalizar – Revolucionar.
El papel de la medicina veterinaria en la conservación del planeta tiene mucho que ver con el uso seguro de compuestos terapéuticos que no interfieran en la cadena trófica del ecosistema o en su equilibrio. Los residuos ambientales que generan los medicamentos veterinarios (y humanos) producen distorsiones en las relaciones entre los diferentes eslabones que interrelacionan en la naturaleza, ya que aportan moléculas que en determinados casos son perjudiciales para la salud de aves, peces o reptiles, e insectos. Es el caso de los compuestos liberados en las heces y orina de los animales que a través de estiércoles y purines o deyecciones directas se vierten a nuestros campos, cuyos efectos letales son conocidos en el caso del Diclofenaco o las Ivermectinas. En Boalvet trabajamos en el diseño de nuevos medicamentos naturales y en la promoción de su uso con el objetivo de preservar la salud del ecosistema. Reducir el consumo de antibióticos para hacer decrecer la tasa ambiental de contaminación de genes de resistencia a antibióticos (súper bacterias) puede conseguirse con el apoyo de la Fitoterapia Veterinaria y el uso racional de medicamentos. Nuestro papel es diseñar y promover sistemas de cría y cultivo de alimentos sanos y seguros, utilizando todos los recursos que nos ofrece la naturaleza sin menospreciar su experiencia en sostenibilidad.
Pero no sólo los medicamentos generan residuos perjudiciales para el medioambiente. La actividad humana, en cualquiera de sus vertientes, acaba dejando siempre una huella en el entorno natural.
En este contexto se entiende la importancia de aplicar los criterios del ecodiseño a todas las actividades de la esfera antropomórfica. El ecodiseño es una metodología que integra los criterios ambientales (impacto ambiental y ciclo de vida) en el proceso de diseño desde el principio. Se puede aplicar no solamente al diseño de productos, sino también al diseño de procesos y acciones. El fin es minimizar y hacer más eficiente el empleo de recursos, alargar al máximo la vida de los productos (o procesos), previendo posibles reutilizaciones, una vez terminado la utilidad primaria para el cual se diseñaron. También se diseñan los procesos de reciclaje para la recuperación de los materiales y recursos empleados para su creación, con el fin de reducir al mínimo el impacto en el medio ambiente.
Si llegáramos a aplicar el ecodiseño a todos los aspectos de la actividad humana, probablemente el concepto de «protección del medio ambiente» como tal, perdería sentido, porqué sería un valor intrínseco de todo lo que los humanos crean, usan y disfrutan.
El medioambiente también está formado por las relaciones entre las personas entre sí mismas y su relación con el resto de seres vivos. Por eso creemos que la formación y el desarrollo cognitivo sano ayuda a preservar la Naturaleza. Las personas que están sanas por dentro y por fuera pueden más fácilmente respetar su entorno, del cual forman parte. El medioambiente no entiende de fronteras, de geopolítica, por eso cooperamos en distintos países tejiendo redes que nutran a la globalización de respeto por nuestro planeta. Es precisamente gracias a la internacionalización que podemos ayudar a través de la agroecología, las plantas medicinales y el desarrollo personal sostenible a personas de diferentes países sin importar el distanciamiento físico, generando recursos y riquezas que podamos compartir sin limitación social.
Por tanto, tras la puesta en marcha de todas estas iniciativas a lo largo de varias décadas, estamos convencidos que “la mejor forma de proteger es conocer”. La divulgación científica, la formación ambiental y la solidaridad con el resto de especies que pueblan las tierras y aguas del planeta que ocupamos es la manera en la que podemos preservar nuestros ecosistemas, marinos y terrestres. La protección de nuestros congéneres, por ejemplo los mamíferos acuáticos, es una de las actividades en las que con más fervor estamos implicados pues de ellos dependen en gran medida la salud del ecosistema marino, la ecología de sistemas de aguas dulces y saladas